Con un lanzamiento justo tras el último Wholesome Direct, Smushi Come Home llega a Nintendo Switch con una pequeña gran aventura para todos los públicos llena de color, amistad y una seta llamada Smushi que cautivará nuestro corazón. Junto a este simpático ser nos esperan 3-5 horas de juego dependiendo de nuestra habilidad, las misiones secundarias y si decidimos revisitar los escenarios tras completar el juego para encontrar algún secreto.
El viaje de vuelta de Smushi
Todo comienza cuando nuestra pequeña seta protagonista salva a su hermano de ser cogido por un pájaro. Sin embargo, para él no sale tan bien la cosa y acaba en un nido a mucha distancia de su hogar, pero por suerte varios habitantes de la zona le dan algunas indicaciones sobre cómo llegar a casa. Así comienza un viaje en el que nos vamos moviendo por varias zonas semiabiertas explorando y cumpliendo lo que se nos pide para poder avanzar a la siguiente.
El ritmo de juego lo marca el propio jugador, pues podemos centrarnos en recoger los materiales mínimos y en cumplir las misiones necesarias para avanzar, o podemos dejarnos llevar por el mundo y explorar para encontrar sus secretos. Entre estos secretos encontramos mejoras para alguna de nuestras habilidades para hacer más cómodo y rápido el viaje, aspectos alternativos para Smushi, un listado de setas para una enciclopedia y algunas misiones secundarias que merece la pena completar.
El juego es un plataformas 3D en el que podemos correr, saltar, planear con una hoja parapente al más puro estilo Wind Waker, usar un gancho para poder escalar (con limitaciones que se van mejorando) y usar un alfiler como espada para romper barreras en ciertos lugares, pero nunca para atacar a otros. Además de esto nos encontramos con personajes que nos dan información o nos piden misiones, otros que nos ofrecen mejoras y en general diálogos muy simpáticos que llegan en completo castellano y con una localización soberbia.
El mundo sin humanos el mundo mejor
Cada escenario de Smushi Come Home que recorremos esconde a veces cuevas y otros lugares en los que podemos encontrar objetos, a veces necesarios para avanzar, para así darle un poco de variedad al mundo que recorremos y que podamos ver espacios exteriores e interiores. Los exteriores cuentan con un mapa para orientarnos de manera general y para marcar puntos de interés, de manera que perderse no sea algo sencillo en un mundo que tiene mucho en común a nivel visual (aunque ninguna zona es lo suficientemente grande para que esto sea un problema).
A nivel gráfico encontramos un título lowpoly con un pixelado que podemos alterar desde el suavizado máximo hasta una opción llena de figuras dentadas llamada “no veo ná” que cumple muy bien con la temática del juego tanto en detalle como en color. Los escenarios representan el mundo real y por ello podemos ver no solo elementos de la naturaleza, sino otros propios de los humanos como macetas o mecheros tirados por el suelo, siendo algunos de estos parte del desarrollo de la aventura (como pequeños pulsadores de máquinas). Por su parte, la música sabe acompañar ese ambiente de relajación que buscamos y los efectos de sonido de los personajes al hablar resultan bastante simpáticos y cumplen su función.
Smushi Come Home no es un desafío para el jugador experto, pero eso no impide que incluso este pueda disfrutarlo. Es una experiencia relajante, que pone de buen humor y que puede ser un gran compañero durante varias sesiones para irse contento a la cama, o bien para un atracón en una o dos tardes en las que simplemente queramos pasar un buen rato. Su control cumple de sobra y las mejoras que obtenemos consiguen que la travesía cada vez sea más rápida y fluida, aunque en cualquier caso puede que el viaje se nos pase volando.
Versión del juego analizada: 1.0.4.2
