Sin duda alguno los Forger son una de las familias más entrañables y personales que nos ha dejado el mundo del manga y el anime. SPY x ANYA: Operation Memories se centra en contar los hechos de la misión más especial de la pequeña Anya, un personaje que enamora desde el primer momento, trasladando su marcada personalidad a los videojuegos de forma excelente.
Calendario escolar
Claro, teniendo a un padre espía, una asesina a sueldo como madre y un perro que ve el futuro, Anya, a pesar de leer la mente, se siente atrapada en una rutina propia de su edad: el colegio. Por suerte siempre brilla el Sol en casa de los Forger y la pequeña es de motivación fácil por lo que encuentra su propia misión: crear un álbum de recuerdos fotográficos con todo lo que ella considera especial en su día a día. Quizá no muy emocionante para el resto de niños, pero sí para la feliz pelirosa.
SPY x ANYA: Operation Memories está destinado, como imaginaréis, a los seguidores de la historia creada por Tatsuya Endo. Todo el diseño de juego, diálogos y desarrollo está pensado por y para ellos, especialmente para los más jóvenes de la casa. Es un título sencillo, relanjante y sin demasiadas pretensiones pero gracias, en parte, a una fantástica localización nos interesará cualquier conversación entre personajes por el respeto a la obra original. Desde las palabras mal pronunciadas por Anya hasta el carácter de cada individuo.
Está destinado, como imaginaréis, a los seguidores más jóvenes de la historia creada por Tatsuya Endo
Puestos en faena la estructura del juego es muy marcada. Nuestro objetivo es salir de paseo con los papis el fin de semana en busca de recuerdos dignos de aparecer en el álbum. Para ello pasaremos por todos los días de la semana yendo a clase, hablando con amigos, buscando objetos chachis a fotografiar y participando en minijuegos antes de ir a dormir. Su diseño nos recuerda a la serie Dead or Alive Xtreme, donde sólo podemos realizar un limitado número de acciones cada día alargando de forma algo forzada, aunque comprensible, la duración de la aventura.
El día a día tiene recompensa claro, y es que cada acción nos puede otorgar PJ (la moneda del juego) o Eurekas (para participar en minijuegos). Con todo esto compraremos cacahuetes para llevar al parque y tener un recuerdo con ellos, vestirnos de forma elegante para ir de compras o preparar la comida junto a mami para que aprenda de una vez a cocinar… Además contamos con misiones secundarias pasivas (hablar con los personajes cierto número de veces, por ejemplo) con los que se verán incrementados nuestros premios al completarlas.
Hay bastantes accesorios y atuendos para vestir a los protagonistas.
Variado pero rutinario
Al final ver pasar los días y limitar los quehaceres superguays (sí, así es la terminología que inunda el juego) se antoja encorsetado demasiado pronto y puede hacerse pesado para cierto público, además de ser recomendable jugar en sesiones cortas para que su ciclo día/noche no se sienta monótono. La historia avanza poco a poco, hay eventos donde aparecen personajes conocidos por todos pero al final nuestra libertad de acción es muy limitada.
Tras cada evento podemos pasar al siguiente u optar por explorar el colegio, la casa o el escenario en el que estemos pero poco hay que hacer en ellos (una foto adicional quizá) además de ser de tamaño muy reducido. Es por esto que no comprendemos muy bien la decisión de colocar la cámara tras Anya, con libertad para moverla, teniendo en cuenta que nuestra casa o la clase están repletas de objetos que entorpecen el movimiento de cámara. Además, para el público objetivo esto no deja de ser un engorro innecesario.
Los minijuegos son funcionales pero variados, con protagonismo de diferentes personajes, escenas de la serie e incluso se pueden jugar en compañía.
Pero tras este desarrollo tan marcado hay una filosofía de juego relajada, asumible y satisfactoria si buscas un lugar tranquilo donde reír con el característico humor de la serie. SPY x ANYA: Operation Memories se siente fiel a la licencia por música, voces (las originales japonesas) y lo bien traídas que están todas y cada una de las referencias que encontramos. Hay guiños constantes a capítulos concretos que sirven como expansión a los hechos ocurridos en lugar de sentirse como un anexo sin sentido.
Y para alcanzar ese toque surrealista al que también nos tiene acostumbrados tenemos los minijuegos que se encargan, a través de diferentes géneros, de hacernos sentir parte de la familia Forger. No esperéis nada más allá de lo funcional, pero sí una buena selección con protagonismo de cada miembro de la familia o escenas de la serie entre pruebas de cocina, plataformas, acción o sigilo. Puede que incluso sean demasiado largos en ocasiones, con exceso de rondas, y que desbloquear dificultades se base en la repetición de los mismos no ayude, pero aportan ese aliciente extra necesario para romper la rutina.
Minijuegos de todo tipo, con niveles de dificultad y algunos con multijugador local.
Para los fans más jóvenes
SPY x ANYA: Operation Memories gusta más con cada sesión de juego aún conociendo sus limitaciones, y es que el carisma de sus protagonistas, el estupendo traslado de su forma de ser y desbloquear nuevas vestimentas para Yor y compañía hacen que queramos ser parte de esta familia a cualquier precio. El genial modelado de personajes ayuda a olvidarnos de sus austeros escenarios porque de nuevo las expresiones de la pequeña valen su peso en oro una vez más. Sin duda el punto clave para que provoque más de una sonrisa a los jóvenes de la casa.
Son ellos precisamente los que omitirán sus carencias técnicas como unos textos de resolución justa, o unas introducciones a los minijuegos pregrabadas con el motor del juego que afean el resultado final. Incluso a veces la gestión de los menús se torna demasiado enrevesada y la sobre explicación de todo (con ventanas de texto emergente) entorpece su comprensión sobre qué hacer o qué limitaciones hay a hora de realizar ciertas acciones (por las limitaciones que pone el propio juego).
Una vez asumido el ciclo de juego encontramos un notable título, de evidente falta de ambición como producción, pero hecho con cariño y a medida sin los excesos innecesarios tan habituales en la mayoría de juegos basado en animes
Pero esa ligera experiencia visitando el colegio Edén a diario, haciendo fotos, consiguiendo nuevas vestimentas para los Forger y participando en hasta una quincena de minijuegos diferentes (versión de Pac-Man con música incluida) hará las delicias, con una propuesta con abundante pero bien medido texto, de todos esos jóvenes fans de Spy x Family. Una vez asumido el ciclo de juego encontramos un notable título, de evidente falta de ambición como producción, pero hecho con cariño y a medida sin los excesos innecesarios tan habituales en la mayoría de juegos basado en animes.
La misión de Anya se da por cerrada tras completar todo el álbum de recuerdos con las fotos que hayamos hecho a lo largo de la aventura. Una tarea que nos llevará entre seis y diez horas, en función de lo que nos distraigamos charlando, buscando el mejor ángulo de fotografía o jugando y superando nuestros récords en los minijuegos. Puede que su propuesta no contente a todos, pero lo que es seguro, es que se trata de una adaptación al mundillo con un respeto más que digno a la obra original. Y si buscas expandir su universo con una filosofía muy chill, sin complicaciones, quizá esta sea una buena excusa para hacerlo.
Anya es la estrella del juego y un fiel reflejo de lo visto y/o leído en manga y anime.
Versión del juego analizada 1.0.1
