Los indies están para esto. Subway Midnight es un juego diferente a todo lo que hayamos visto y sobre todo es un juego arriesgado al que los amantes de lo extravagante deberán dar una oportunidad así como quienes gusten de enfrentarse a juegos con un toque oscuro, pese a que a veces su apariencia nos diga otra cosa.
Aquí hay sitio…
El metro es un lugar curioso. Es un sitio lleno de gente donde muchas veces nos sentimos realmente solos, incluso aislados del mundo, y cuando no hay gente casi nos da miedo adentrarnos en él, pese a agradecer ese ratito de tranquilidad en la estación hasta que llega el tren que nos lleve a nuestro destino, sea este cual sea. Ya dentro del vagón toca o bien la introspección y pensar en nuestras cosas, obnubilarnos en nuestro mundo, o bien imaginarnos la vida y penurias de aquellos que comparten trayecto con nosotros.
De todo esto puede tratar Subway Midnight, o quizás no, ya que como buen juego experimental os tocará a vosotros descubrir sus virtudes y enseñanzas y puede que entendáis algo distinto a lo que hemos captado nosotros. Pero cuidado si sois de susto fácil, porque el terror psicológico también estará aquí presente y habrá momentos en los que lo pasemos realmente mal, jugando y viendo lo que ocurre en pantalla.
Porque como podéis comprobar por vosotros mismos en las imágenes y vídeo, estamos ante un título que no pasa desapercibido en lo visual y de hecho es algo en lo que se apoya para crear sensación a veces de auténtica angustia, mezclando persecuciones (nosotros huimos) con una puesta en escena tosca, cargante, agobiante, y por supuesto todo esto es adrede. Es increíble que con unos sencillos sprites que se mueven de manera casi cómica en unos escenarios 3D también simples (pero muy bien modelados) se consiga transmitir tanto, y es que el juego también se apoya en juegos de luces de lo más psicodélicos y en sonidos potentes aunque escasos para su atmósfera.
Gracias a ellos nos meteremos de lleno en las varias historias de las que somos a veces meros testigos, aunque acabaremos por tomar parte. Solo así sacaremos todos los finales que tiene esta suerte de walking simulator salpicado con puzles y algunas pruebas de habilidad que no serán especialmente difíciles pero que sí que nos pondrán en apuros en un par de ocasiones; así en la segunda y necesaria vuelta ya sabremos mejor qué hacer y por dónde ir. Es quizás lo peor de este Subway Midnight, el hecho de que haya que repetir (bueno, con algunos cambios) lo mismo que hemos hecho hace apenas una hora u hora y media. Porque eso es lo que os durará la primera vuelta, la segunda quizás una hora, y la tercera…
De cualquier forma, por el precio que tiene, si disfrutáis enfrentándoos a títulos arriesgados en su propuesta así como en lo visual, como quizás puedan serlo también Bulb Boy o Baobabs Mausoleum, esas entre tres y cuatro horas que os dé de entretenimiento merecerán sobradamente la pena, sobre todo si acabáis dándoos cuenta de lo importante que es ayudar a los demás y que no estamos solos aunque el vagón vaya vacío.
