El pasado 17 de junio fue un momento histórico en la saga Pokémon. Por primera vez en sus 24 años de vida se estrena en el mundo de los DLC con la Isla de la Armadura, el primero de los dos contenidos descargables que ofrecerá. GAME FREAK defiende esta decisión argumentando que es una mejor solución a las terceras entregas que suelen tener en la saga principal. ¿Lo será? Descubrámoslo en las siguientes líneas.
La Isla de la Armadura es, como su propio nombre indica, una isla situada a la derecha de la región de Galar. Una vez hemos adquirido el DLC recibiremos un pase que nos permitirá viajar hasta ella a través de la estación situada en Pueblo Par. Además se nos agregará una segunda Pokédex que contará, aparte de con criaturas de la anterior Pokédex, con alrededor de 100 nunca vistas anteriormente en Galar.
Lo primero que nos llamará la atención de esta nueva región es la total y completa libertad que ofrece. Toda la zona es un área salvaje que podemos recorrer a nuestro gusto. Apenas hay lugares a los que se nos prohíba la entrada desde el comienzo de la aventura, lo que permite que el ritmo con el que transcurre la historia principal recaiga por completo en el usuario.
El área salvaje de la Isla de la Armadura es un espacio mucho más completo que el área salvaje original de Pokémon Escudo y Espada. Más allá de algunas mejoras en las texturas también podemos observar como las zonas están cargadas con muchos más elementos. También la diversidad de cada uno de estos espacios está mucho más lograda. Por ejemplo, la zona Bosque Concentración del área salvaje nos muestra como se puede adecuar este nuevo mundo abierto a lugares parecidos a rutas o mazmorras de los juegos anteriores. Otro detalle interesante es que al ser completamente un sandbox si viajamos de un lado de la isla a otro usando los taxi voladores seremos capaces de viajar sin ningún tipo de tiempo de carga.
Podemos destacar dos puntos negativos de esta nueva área salvaje. La primera es que pese a las mejoras vemos que aún queda un gran margen para progresar y la segunda es la ausencia de entrenadores como si de rutas se tratasen. Esperemos que en próximas entregas se sigan ampliando las funcionalidades de estas áreas.
Como hemos comentado un poco anteriormente, la Isla de la Armadura contiene un nuevo fragmento de historia. En él entrenaremos en el Dojo Maestro, dirigido por Mostaz, quién entrenó también al campeón de la liga Pokémon Lionel. A priori en la historia se aprecia un poco una falta de profundidad, pero se completa algo más cuando vas consiguiendo información a partir de eventos que suceden al completar objetivos en la isla. Pese a ello, la historia carece de momentos épicos que nos podemos encontrar fuera del DLC.
La duración de la Isla de la Armadura es más que aceptable. Si más allá de completar su historia nos detenemos en completar la pokédex y completar algunos eventos secundarios su duración llega a superar la decena de horas. Además, si nos convertimos en pokemaniacos e intentamos obtener Pokémon con emblemas (un nuevo tipo de cintas que pueden portar algunas criaturas) o nos transformamos en auténticos maestros pokémon que intentan superarla prueba ceñida (un nuevo desafío de combates donde tienes que encadenar victorias con determinados tipos y condiciones) la duración se multiplicará de manera exponencial.
La conclusión que podemos sacar de este DLC es que GAME FREAK sigue experimentando para intentar ofrecer al jugador nuevas experiencias en la saga principal de Pokémon. En la Isla de la Armadura se avanza en la buena dirección, pero dando pequeños pasos. No podemos entrar a valorar si el DLC merece verdaderamente la pena, pues se compra de forma conjunta con una segunda parte (las Nieves de la Corona) que nos llegará a finales de año. Sin embargo, si podemos comentar que la Isla de la Armadura deja buenas sensaciones y deja unas bases bien fundamentadas para pensar que se está yendo por buen camino.
